Síndrome del impostor en tu nuevo trabajo

Tener un nuevo trabajo muchas veces es una noticia maravillosa, que cambia nuestras rutinas, nuestro estado de ánimo y nos ayuda a definir nuevos objetivos. Pero muchas veces, los nervios, la desorganización, la poca confianza en nuestras capacidades, o el sentimiento de no encajar en un equipo nos juegan una mala pasada.

Sentimos que no estamos lo suficientemente preparados para un determinado puesto de trabajo, pero debes saber que el reto de asumir nuevos cargos laborales, son retos para todos los profesionales, no solo para ti. Ningún jefe o empresa, espera que un nuevo trabajador sea totalmente independiente a los pocos días o semanas de empezar un nuevo trabajo. Evidentemente, esto depende del tipo de trabajo, pero cuando nos enfrentamos a cargos de un nivel medio o alto de la jerarquía empresarial, el periodo para llegar a ser mínimamente independiente como empleado se prolonga. 

Los nervios, la desorganización, la poca confianza en nuestras capacidades o ese sentimiento de no encajar en el equipo, son sentimientos y/o estados momentáneos que no los debes confundir con tu valía como profesional.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es ese sentimiento que se genera cuando piensas que no tienes las capacidades necesarias para enfrentar el nuevo reto profesional. Son pensamientos de duda acerca de tus conocimientos o tus habilidades para poder llevar a cabo ciertas tareas profesionales.

Ante los demás intentas guardar el tipo, intentas que no parezca que estás perdido con las nuevas responsabilidades de tu puesto de trabajo pero ésta es tu realidad. La verdad es que te encuentras en un periodo de adaptación que puede durar días, semanas o meses dependiendo del cargo y nivel profesional al que te enfrentes, y es un periodo que todos hemos pasado. 

No pienses que tu jefe sabía todo acerca de su trabajo desde el primer día que llegó. Siempre pensamos que nuestros jefes, compañeros, y los que nos rodean en el entorno profesional tenían todo el conocimiento para desempeñar el cargo profesional desde el primer momento. Y esto no es la realidad, todos necesitamos un periodo de adaptación y no debes dejar que esos pensamientos de que estás poco capacitado te genere estrés y /o malestar emocional.

¿Qué pasa si tengo el síndrome del impostor?

Cuando estamos en un nuevo entorno profesional en donde tenemos muchos retos y cosas que aprender nis podemos sentir muy motivados para aprender, organizarnos y ser más productivos. Los nuevos retos siempre son una motivación y ese pensamiento de “me tengo que poner las pilas” es una ayuda para llegar al nivel que queremos profesionalmente.

Pero los nuevos retos profesionales, se deben quedar en eso, retos profesionales. No debemos dejar que pasen esa barrera y convertirlos en retos emocionales, en donde luchas día a día con un malestar emocional generado por pensamientos que no son objetivos.

Si tienes el síndrome del impostor, te darás cuenta que muchas veces pensarás que ese puesto no era para ti, que otro compañero estará más capacitado para hacer esas tareas, que en 2 o 6 meses seguirás en el mismo punto en el que estás ahora. Puedes sentir estrés, ansiedad al entrar cada mañana a trabajar, falta de energía y/o pérdida de ese entusiasmo que tenías una semana antes de llegar a tu nuevo puesto de trabajo.

Cada persona puede tener diferentes manifestaciones, pero lo que sí que es común es que este síndrome genera una limitación en tu carrera profesional. 

Sentirse abrumado en tu nuevo trabajo y no hacer nada para solucionarlo te agota física y mentalmente, lo que te puede llevar a renunciar a ese trabajo que tanto deseabas.

Sentirse poco capacitado cuando en realidad no lo estás, hará que evites cualquier tipo de promoción interna, y mucho menos te sentirás capaz de postularte para trabajos en otras compañías. Esto hará que tus ingresos se estanquen por lo que tu capacidad financiera quedará limitada a largo plazo.

¿Qué puedo hacer si creo que puedo tener el síndrome del impostor?

Vamos a lo práctico.

La organización es algo fundamental. Cuando te sientes abrumado por la cantidad de trabajo o de cosas nuevas que debes aprender, debes dedicar un tiempo diario y semanal a organizarte y plantearte objetivos a corto plazo.

Para organizarte debes empezar a poner sobre la mesa todas las tareas que crees que debes realizar en tu puesto de trabajo. Se lo que estás pensando… ¿y si no sé cuales son mis tareas?

Es normal que al principio no lo sepas. Cuando empiezas un trabajo tu jefe no viene a darte una hoja con las tareas definidas y cómo hacerlas (esto estaría genial). La realidad es que tú tienes que ir definiendo tus tareas y responsabilidades. Para definirlas puedes hacer varias de estas acciones:

  • Muchas tareas puedes definirlas a través de la descripción del puesto de trabajo que te han proporcionado en el proceso de selección. Si no tienen este documento puedes intentar definir algunas de las tareas a partir de la oferta de trabajo a la que has aplicado.
  • Busca en google el nombre de tu puesto de trabajo e investiga qué tareas y responsabilidades tienen generalmente. Además puedes buscar vacantes similares en otras empresas y ayudarte con las descripciones de esos puestos de trabajo. Haz un listado de todas las tareas que puedes tener.
  • Pregunta a compañeros cuáles creen que son las tareas más importantes de ese puesto de trabajo.

Con toda esta información debes hacer una lista con lo que tu crees que son tus tareas. Pídele una reunión a tu jefe para terminar de definir esa lista.

Se que pensarás que si le preguntas a tu jefe sobre tus tareas, él pensara que no estás capacitado. Error. Tu no vas a ir con una hoja en blanco a preguntar… ¿qué tengo que hacer? 

Tu vas a ir con un trabajo previo y lo que le vas a decir es que… con el objetivo de organizarte mejor y priorizar tus tareas semanales y aportar nuevas ideas al equipo quisieras definir de manera más precisa las responsabilidades del puesto y así alcanzar un alto desempeño lo más rápido posible.

Ordena la información en una tabla

Una vez tengas definidas las tareas, debes investigar cómo se llevan a cabo cada una de ellas. Puedes hacer una tabla en word de 3 columnas. 

Columna 1: Tareas y responsabilidades (una por fila).

Columna 2: Nombre de las personas a la que puedo preguntar.

Columna 3: Información recogida para cada tarea.

Columna 4: Datos que debo investigar.

No vas a poder rellenar todas las columnas en las primeras semanas, pero esto es solo un ejemplo. La idea es que busques una forma de organizar la información que te va llegando en las primeras semanas y todo aquello que vas investigando por tu cuenta.

La organización es lo que te dará claridad y lo que te ayudará a plantearte pequeños objetivos semanales. Un objetivo puede ser por ejemplo, averiguar quien es la persona encargada de…. para pedirle que me explique como funciona… y poder definir puntos básicos que debe incluir mi reporte semanal.

Puedes definir objetivos de aprendizaje. A lo mejor puedes hacer cursos cortos o simplemente leer en internet artículos sobre el tema.

La organización y la definición de objetivos  a corto plazo te ayudarán poco a poco a implementar acciones en tu trabajo, lo que te dará la sensación de ser un empleado productivo y que está capacitado. Y es la realidad. Recuerda, a ti te dará la sensación, pero la realidad es que eres un empleado totalmente capacitado en periodo de adaptación.

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