¿Cómo fortalecer las habilidades blandas a través del voluntariado?

Desde hace años se habla sobre el frenético ritmo de vida que llevamos la mayoría de las personas, casa, trabajo, compromisos sociales; son solo una muestra de las actividades que llevamos impresas en nuestro día a día como si formaran parte de nuestro ADN.

Paradójicamente, aunque estamos en un mundo hiperconectado tecnológicamente, nos encontramos más que nunca en la historia de la humanidad, desconectados de nuestra esencia, de lo que nos hace animales sociales.

En alguna ocasión hemos hablado en este blog sobre las ventajas del voluntariado en el desarrollo de las habilidades blandas. Estas no solo nos ayudarán a conseguir un puesto de trabajo, si no que nos hacen útiles para la sociedad en la que vivimos. No hay que olvidar que no estamos en ella como entes pasivos, si no que hacemos parte de una colectividad activa y dinámica.

Estamos en navidad y este puede ser el momento de lanzarnos a la idea de ayudar a los demás y de paso a nosotros mismos. Para gran parte de las personas, es una época de celebraciones, regalos y viajes, pero no es así para todos. Por eso hay infinidad de iniciativas de ONG, empresas o particulares para cubrir algunas de las necesidades de los colectivos más vulnerables.

Es muy fácil, solo necesitas algo de tiempo. A veces parece tarea imposible robar minutos al reloj, pero si te lo propones siempre lo puedes hacer. No hace falta que dediques horas y horas de tu día a hacerlo, basta con una buena planificación y como la misma palabra lo dice VOLUNTAD.

¿Cómo puedes ayudar?

Aquí tienes un listado de las ideas más recurrentes de voluntariado:

1. Acompañamiento a personas mayores o en riesgo de exclusión social:

Esta es una de las labores más bonitas de todas. A veces caemos en el error de creer que con un juguete o plato de comida está todo hecho, y no puedo mentir, son importantes. Pero nos olvidamos que el contacto humano muchas veces alimenta o trae más felicidad que todos los juguetes del mundo. Aquí pones en práctica la empatía, comunicación, paciencia, escucha activa, entre otras.

2.  Comedores sociales:

Existen diversos comedores distribuidos por las ciudades donde personas sin recursos se acercan a cubrir una de sus necesidades básicas. En el puedes ayudar a cocinar o simplemente servir y ayudar en la limpieza de este. Debido a la pandemia se han creado cocinas solidarias, en donde se preparan comidas que se envasan y luego se reparten a familias necesitadas como en World Central Kitchen, iniciativa del chef José Andrés, que repartió durante el confinamiento, solo en el comedor de Santa Eugenia en Madrid, más de un millón de comidas. Recuerda que con esta situación el perfil del usuario ha cambiado, no solo son personas sin hogar si no familias que muchas veces no llegan a fin de mes. Aquí no solo puedes mostrar tus dotes culinarias ,si no que practicas habilidades como el trabajo en equipo, organización, gestión del estrés o la capacidad de asociación.

3. Recogida y entrega de juguetes:

Seguro que en tu barrio hay alguna asociación que para esta fecha recoge todos aquellos juguetes que le sobran a las familias de la zona. En países como España, muchos de los niños hoy en día reciben tal cantidad de juguetes que muchas veces estos tienen un uso menor o directamente no se han llegado a usar. No hay nada más gratificante que ver en los ojos de un niño la ilusión, esta es una gran oportunidad de sentirte un Rey Mago de verdad. Practica así el manejo de emociones, sensibilidad, sociabilidad o gestión eficaz del tiempo.

4. Voluntario en un mercadillo:

No hay nada más navideño y lleno de alegría que un mercadillo. Muchas asociaciones de barrio, ayuntamientos o parroquias se organizan para vender donaciones o productos artesanales y con la recaudación ayudar cubrir diferentes necesidades sociales. Un ejemplo de ello es la asociación ningún niño sin sonrisa, asociación Madrid Felina y la Universidad Rey Juan Carlos o Caritas. Con esto ponemos en marcha la capacidad de negociación, gestión del tiempo y el estrés, ética en el trabajo o la capacidad de negociación.

5. Voluntario en el extranjero:

Este es quizás el voluntariado más completo pero también el más difícil. Aquí no solo ayudas a tu sociedad si no que intentas que tus acciones repercutan en un bien global. Recuerda que muchas veces no hay que dar bienes materiales si no recursos para poder salir adelante. Los países en vías de desarrollo reciben cientos de voluntarios para ayudar en educación, salud, infraestructuras entre muchas otras cosas. Si quieres hacer parte de estos valientes visita UNICEF o Intermon Ofxman. Además de practicar idiomas fortalecerás tu resiliencia, autonomía, fortaleza, toma de decisiones, resolución de problemas entre muchas otras más.

Esta es solo una muestra de las cosas que puedes hacer para tener experiencia y trabajar tus habilidades blandas a través del voluntariado, para que en otros momentos las puedas poner en práctica en tu puesto de trabajo además de la satisfacción vital que ellas conllevan.

Aunque en este mes especial he publicado antes de que termine diciembre, no olvides leerme el último viernes de cada mes.

Diana Tovar

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